Consejos prácticos para padres: Cuando tu hijo no quiere ir a clases

Todos los padres han escuchado en algún momento la temida frase: “No quiero ir a la escuela”.
Puede ser un comentario ocasional, dicho con voz somnolienta en la mañana, o un problema recurrente que empieza a generar preocupación. Si tu hijo está evitando la escuela con frecuencia, es importante entender las razones y encontrar una solución.
Aquí te damos consejos prácticos para padres que ayudarán a que tu hijo se sienta más seguro y motivado.
1. Escucha con atención y empatía
En lugar de reaccionar con frustración o dar una respuesta automática como “Tienes que ir porque es tu obligación”, trata de profundizar en los sentimientos de tu hijo. Pregunta con suavidad: “¿Por qué no quieres ir?” o “¿Te ha pasado algo en la escuela?”. Al demostrar que te importa su opinión y que lo escuchas sin juzgar, es más probable que comparta lo que realmente está sintiendo.
2. Identifica la razón detrás del rechazo
Existen muchas razones por las que un niño puede no querer ir a la escuela, algunas de ellas incluyen:
- Ansiedad por separación: En los niños pequeños, puede ser difícil separarse de los padres.
- Problemas sociales: Puede haber conflictos con amigos o dificultades para encajar.
- Miedo al rendimiento académico: Algunos niños sienten presión o miedo al fracaso.
- Ambiente escolar: Un maestro estricto o una metodología de enseñanza que no le motiva pueden ser factores.
- Cansancio o falta de motivación: En algunos casos, la razón puede ser simplemente que necesita más descanso o una rutina diferente.
3. Valida sus emociones
Cuando los niños sienten que sus emociones son comprendidas, es más fácil ayudarles a manejarlas. Un buen consejo práctico para padres es decir algo como: “Entiendo que te sientas así, a veces yo también me he sentido así con el trabajo o mis actividades”. Esto les muestra que no están solos en sus sentimientos y que hay maneras de afrontar lo que sienten.
4. Encuentra soluciones juntos
Dependiendo de la razón detrás de su negativa a ir a la escuela, puedes explorar diferentes estrategias:
- Si es ansiedad por separación, prueba con pequeños rituales de despedida positivos, como un abrazo especial o una nota en su lonchera.
- Si es un problema social, conversa con su maestro para entender la dinámica del grupo y ayudarle a encontrar formas de hacer amigos.
- Si es el rendimiento académico, refuerza su confianza en casa con elogios y apoyo en las tareas.
- Si la escuela le resulta aburrida o poco desafiante, habla con los docentes sobre cómo pueden motivarlo más.
5. Establece una rutina positiva
Asegúrate de que tu hijo tenga suficiente descanso, una buena alimentación y momentos de relajación en su día. Una mañana sin prisas y con un momento especial en familia puede marcar la diferencia. Por ejemplo, escuchar su canción favorita mientras desayuna o contar algo positivo que sucedió el día anterior puede ayudarlo a empezar el día con mejor actitud.
6. Refuerza el lado positivo de la escuela
A veces los niños se enfocan solo en los aspectos negativos. Un buen consejo práctico para padres es recordarle las cosas que disfruta de la escuela: sus amigos, una actividad favorita o un maestro que le cae bien. Pregúntale cada día algo bueno que pasó en la escuela para ayudarlo a enfocarse en lo positivo.
7. Trabaja en conjunto con la escuela
Si el problema persiste, habla con los maestros o el orientador escolar. Ellos pueden tener una perspectiva diferente y ofrecer apoyo para hacer que la escuela sea un espacio más cómodo para tu hijo.
8. Ten paciencia
El rechazo a la escuela no se resuelve de un día para otro. Se necesita tiempo y paciencia para comprender el problema y encontrar la mejor solución. Lo más importante es que tu hijo sienta tu apoyo incondicional.
Que un niño diga “No quiero ir a la escuela” no significa que sea flojo o que simplemente quiera desafiar las reglas. Es una oportunidad para entender mejor sus emociones y necesidades. Con consejos prácticos para padres como el amor, la comunicación y estrategias adecuadas, puedes ayudarlo a superar esta etapa y recuperar su motivación por aprender.
Recuerda, cada niño es diferente y lo que funciona para uno puede no ser igual para otro. Lo importante es estar presente, escucharlo y apoyarlo en su camino educativo.