¿Cómo los juguetes ayudan al desarrollo cognitivo infantil?

Cuando hablamos del desarrollo cognitivo infantil, solemos pensar en libros, actividades escolares y ejercicios estructurados como los pilares del aprendizaje.
Sin embargo, hay un elemento fundamental que muchas veces subestimamos: el juego. Más aún, el juguete favorito de tu hijo, ese peluche, carrito, muñeca o bloque de construcción al que regresa una y otra vez, puede ser una herramienta poderosa para apoyar su desarrollo cognitivo infantil, así como su crecimiento emocional y social.
El juego: el lenguaje del aprendizaje infantil
Según la Academia Americana de Pediatría, el juego no es solo entretenimiento: es esencial para el desarrollo saludable del cerebro. A través del juego, los niños exploran el mundo, expresan emociones, resuelven problemas, y desarrollan habilidades motoras y sociales. Cuando un niño juega con su juguete favorito, no solo se divierte: también está fortaleciendo conexiones neuronales que sientan las bases del aprendizaje a largo plazo.
¿Por qué el juguete favorito es tan importante?
Todos los niños tienen un juguete al que se aferran más que a los demás. Este juguete se convierte en una especie de “objeto transicional”, un término acuñado por el pediatra y psicoanalista Donald Winnicott. Es decir, funciona como un puente emocional entre el mundo interno del niño y su entorno. Esa conexión emocional profunda crea un terreno fértil para el aprendizaje, por varias razones:
1. Fomenta la concentración y la atención
Cuando un niño juega con su juguete favorito, su nivel de concentración aumenta. No se distrae fácilmente y es capaz de dedicar largos periodos a una sola actividad. Esto es clave, ya que la capacidad de mantener la atención es una de las habilidades fundamentales para el aprendizaje escolar y el éxito académico.
2. Estimula la imaginación y la creatividad
Los niños proyectan historias, situaciones y emociones en sus juguetes favoritos. Una muñeca puede convertirse en una paciente en un hospital improvisado; un dinosaurio, en el guardián de una ciudad fantástica. Estos juegos simbólicos son esenciales para el desarrollo cognitivo infantil, ya que fortalecen el pensamiento abstracto, la resolución de problemas y la creatividad.
3. Promueve el desarrollo del lenguaje
Cuando los niños juegan con sus juguetes favoritos, narran lo que hacen, imitan conversaciones o incluso inventan diálogos. Esto contribuye significativamente a la adquisición del lenguaje, mejora su vocabulario y estimula la estructuración de frases. Además, si el juego se realiza en compañía de adultos o hermanos, se enriquece aún más con la interacción verbal.
4. Apoya la regulación emocional
El juguete favorito muchas veces actúa como un regulador emocional. En momentos de estrés, tristeza o inseguridad, tenerlo cerca les da confort y seguridad. Esta capacidad de autorregulación es fundamental para enfrentar retos futuros, manejar frustraciones y establecer relaciones sanas con los demás.
5. Favorece el aprendizaje lógico y matemático
Juguetes como bloques de construcción, rompecabezas o piezas para encajar ayudan a los niños a desarrollar habilidades lógico-matemáticas desde una edad temprana. Pero si ese es su juguete favorito, el impacto se multiplica: están más dispuestos a repetir, explorar y buscar soluciones, reforzando patrones mentales útiles para resolver problemas en el futuro.
Cómo potenciar el aprendizaje con el juguete favorito
Saber que el juguete favorito tiene tanto potencial es solo el primer paso. Aquí te compartimos algunas formas de aprovecharlo al máximo:
- Observa y acompaña sin interferir: Deja que el niño tome la iniciativa. Tu papel puede ser el de observador, o de participante si te lo pide. Esto fortalece su autonomía y confianza.
- Haz preguntas abiertas: En lugar de decirle cómo jugar, haz preguntas que lo inviten a reflexionar: “¿Y qué pasará si la muñeca va al parque?” o “¿Cómo va a construir la torre más alta?”. Estas preguntas desarrollan pensamiento crítico y creatividad.
- Relaciona el juego con experiencias reales: Si está jugando a cocinar, pueden preparar una receta juntos. Si juega con coches, hablen sobre las señales de tránsito o recorran una maqueta de la ciudad. Esto ayuda a transferir conocimientos del juego a la vida real.
- Incorpora rutinas de aprendizaje en el juego: Puedes incluir conteo, colores, formas o palabras nuevas durante el juego. Por ejemplo, “¿Cuántas piezas usaste para construir la casa?”, o “¿De qué color es el vestido de la muñeca hoy?”.
El valor emocional también enseña
Muchos padres sienten preocupación si su hijo insiste en jugar siempre con el mismo objeto. Sin embargo, esto no debe verse como una limitación, sino como una oportunidad. El vínculo emocional con ese juguete crea una base segura desde la cual el niño puede explorar, aprender y potenciar su desarrollo cognitivo infantil.
Además, este apego enseña lecciones importantes sobre afecto, cuidado, responsabilidad y permanencia emocional. Es, en muchos sentidos, el primer entrenamiento para futuras relaciones humanas.
En espacios educativos como Colegio Dehca, se reconoce el valor del juego como parte esencial del desarrollo integral. A través de metodologías que combinan emoción, creatividad y aprendizaje activo, se promueve que cada niño descubra su potencial a partir de lo que más le apasiona. Porque aprender puede ser tan natural como jugar y tan significativo como un recuerdo feliz de la infancia.